Luz católica
del delirium tremens
da la noticia puntual
de un sereno muerto de pena
con su rostro empujando
hacia el centro de la tierra.
Con sus voces aullando
y sus brazos pidiendo perdón
Sus rodillas se gastaron,
y su amo supo;
fue la luz, y ya,
no cree en dormir.
Es sereno de sus sueños
es la luz de su delirio.
Delirio sereno,
perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario