El temor avanzó tanto
que el miedo a un pasado infecto
se resume en el boicot del presente.
Espera permanente,
al limite de la incertidumbre.
El rencor marca su presencia,
vence al duelo
y resucita fantasmas asfixiantes
que paralizan el avance hacia el futuro.
Debería comprender
que la victoria llegará
cuando asuma la derrota.
Recién entones
la indiferencia de un dolor sepultado
liberará su espiritu
para poder constuir nuevos placeres.
Recien entonces...
aunque tal vez en ese instante
yo ya haya asumido
mi propia derrota.
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